El pasado 9 de febrero, día del Beato Leopoldo de Alpandeire, celebramos una jornada de Veneración a la reliquia que tenemos otorgada en la Hermandad y que fuera otorgada a nuestra corporación por la Comunidad de Capuchinos de Granada, ciudad donde dedicó buena parte de su obra y donde descansan sus restos mortales.

La reliquia estuvo expuesta durante todo el día en nuestra Sede Canónica, la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, siendo un gran número de personas las que pudieron rendir culto a Fray Leopoldo, en el día en que conmemoramos su fallecimiento, allá por el año 1956.

Ejemplo de cómo ser Caridad, amor y entrega al prójimo, no debemos más que seguir sus pasos.

Permaneció de forma ininterrumpida en esta ciudad entre 1914 y 1956, en la que la mayor parte del tiempo desempeñó la función de fraile limosnero, lo cual le obligaba a recorrer la ciudad a pie y entrar en numerosas viviendas solicitando donativos.

Poco a poco su figura fue haciéndose popular, de modo que numerosas personas solicitaban su consejo o intermediación, empezándose a conocerlo como «el humilde limosnero de las tres Ave Marías», porque así eran las oraciones que dedicaba a quienes le pedían su bendición.

Sus restos mortales descansan en la cripta de la iglesia de los Padres Capuchinos de Granada y en 2010 el Ayuntamiento de Granada lo nombró hijo adoptivo de la ciudad.

De esta manera acercamos al barrio a unos de los doctores de la Caridad más venerados en Granada.